19 de marzo de 2021

5 min de lectura

Por María del Carmen Ventosa Zimmermann #MACAVZIM

Dalai Lama nos dice -que uno entiende el sentido de su vida cuando echa la mirada atrás y ve todo lo vivido.

¿Qué sentido tiene el ver lo vivido sin hacer consciencia de lo que esto te dejó de experiencia? Percibimos a través de nuestras vivencias hechas experiencias, de tal forma que todos los individuos cruzamos la vida por medio de vivencias, que pueden ser buenas o malas dependiendo del cristal con el que lo veas, ciertamente esta visión dependerá del cómo te ha ido en la vida, de tal manera que un par de gemelos a pesar de haber compartido el vientre por nueve meses, haber nacido el mismo día y en el mismo lugar, aun así son diferentes el uno del otro, además de que genéticamente cada individuo es único en el mundo y por ende tenemos diferentes personalidades que nos ayudan a recibir la información de una u otra forma, algunos perciben mayoritariamente por los ojos, otros por los oídos, otros por el tacto siendo kinestésicos y si a esto le sumamos el si somos motrices, racionales o emocionales, entre otras características más del ser humano inclusive el sexo masculino o femenino. podemos darnos cuenta de que involucramos en cada percepción los sentimientos causados en situaciones similares de nuestro pasado, dando inconscientemente una definición al hecho actual, por lo tanto percibimos a través de nuestras mundologías, cada segundo tenemos una, pero cuando ésta la hacemos experiencia, entonces estamos involucrando a la consciencia y es cuando vale cada una de nuestras vivencias ya que podemos aprender de ellas para repetir u omitir en un presente o futuro la misma acción, debido a que se graban en el inconsciente, teniendo acceso la memoria fácilmente a ellas por lo que involucra el volver a sentir lo provocado en ese momento a pesar de haber pasado largo tiempo de la experiencia.

Pero hay un sin fin de diferentes tipos de experiencias, que no todos tenemos las cualidades para experimentar cada una de ellas, como lo es el ser madre, es una cualidad única de la mujer, así como el ser padre de igual forma es única del hombre y así podemos desglosar las diferentes cualidades y percatarnos del quién podría y quien no y de qué forma, en fin… las experiencias de la vida incluyen todo aquello con lo que nos relacionamos a cada segundo pero que le damos un valor de acuerdo a la experiencia, es específico escribiré de la experiencia de viajar, dentro de ella podemos vivenciar un mundo de impresiones que nos pueden permitir ir construyendo una parte de nosotros, definiéndolo como “viajar es vivir”, cuando viajamos, cada célula aspira un fragmento de lo vivido en ese lugar, cada instante es plasmado en nuestro recuerdo por medio de los cinco sentidos, esto ocurre simplemente por estar en un lugar que es totalmente diferente a donde habitamos día con día, al cual nuestro cuerpo está acostumbrado, en el momento en que cambiamos de ambiente todos los sentidos se ponen en alerta de disímiles formas, es entonces cuando empezamos a reconocer los colores, los olores, las texturas, los sonidos en consciencia disfrutando y haciéndolos nuestros, simplemente por ser algo diferente a lo cotidiano y entonces esas vivencias se empiezan a convertir en experiencias y las vamos a ir relacionando con base a nuestro pasado. Es decir, en el momento que admiro un hermoso paisaje, inconscientemente mi subconsciente que es la fuente del instinto y de la supervivencia y la intuición, va a captar esa sensación que muy probablemente la estemos relacionando con algún instante de nuestra vida por lo que nos puede hacer sentir relajado o estresado o algún tipo de sentimiento, tal cual puede ser el recuerdo del comer sopita caliente, siendo una experiencia que relacionamos con protección, amor, acogimiento, con mamá y entonces cuando comemos o deseamos una rica sopita inconscientemente estamos invocando ese sentimiento de placer y es cuando nos relajamos y disfrutamos de nuestra comida, sin tener consciente que al hacerlo nos permite sentirnos como en casa desde nuestra infancia, claro que puede llegar a ser lo contrario, talvez de pequeño en casa las cosas eran terribles, habrían gritos, golpes, o vivimos en una época de guerra, que cuando consumimos sopita en vez de crear un sentir armonioso se crea un sentir de estrés o hasta talvez de miedo, estas son las relaciones subconscientes que vivimos de nuestras experiencias, por lo general cuando viajamos nos encontramos en un estado de vacación, de alerta a lo desconocido, atentos al aprendizaje, etc… así que es más probable que cada vivencia se convierta en una experiencia agradable y duradera que nos ayude a madurar y crecer culturalmente, desarrollando habilidades que tal vez no conocíamos como el de la ubicación, los idiomas, la seguridad, el saber movernos en un lugar desconocido, porque en nuestra ciudad dominamos cómo y dónde encontrar los lugares y cosas que requerimos y además en nuestro mismo idioma, vivimos tan en la prisa de lo cotidiano, que no nos damos la oportunidad de disfrutar de un hermoso atardecer, de un cielo estrellado, de la sonrisa de un bebé porque ya lo damos por hecho inconscientemente en nuestras vidas, así que al viajar movemos todos esos canales que nos van ayudando a construir nuestra vida presente y futura, de tal forma que cuando viajamos aprendemos un porcentaje mayor al que aprendemos desde nuestras casas, además de que conocer la forma en que viven otras culturas, lo que comen, cómo se comunican, como se transportan, su historia y un sinfín de maravillosas cualidades y defectos, nos permiten ir tomando elecciones basadas en un conocimiento previo de algo y se van grabando en nuestro consciente y subconsciente ya que algunos sucesos seguramente los vamos a ir perdiendo con el tiempo por la edad, pero lo que se queda en el inconsciente tarde o temprano sale a flote trayendo esa maravillosa experiencia que cuando la recordamos en conciencia somos capaces de volver a vivenciar con algunos de nuestro sentidos ese momento y así es como a través de los viajes podemos ir cimentando nuestra vida ya que al abrirse nuevos panoramas en ella, vamos tomando y recreando nuevos caminos en nuestro andar, todas las experiencias de la vida son fuente importante que tarde o temprano vamos utilizando para construir el camino que queremos seguir recorriendo.

FRASE

“Cada experiencia es el ladrillo que le da fuerza al puente que construimos entre nuestro pasado y nuestro futuro, pero sólo uno mismo elige crear una experiencia o dejarlo sólo en la vivencia”.

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