3 de marzo de 2021

2 min de lectura

Por Dey Pimentel

Esta mañana platicaba

con el primer amor de mi juventud.

Hablábamos de Sabines

y de un libro que me dolió perder

de este autor.

La respuesta de este intelectual hombre

fue directa a mi corazón:

¿Y si los libros no se pierden?

Si en realidad también nos dejan cuando estamos listos para encontrar otros libros.

Medito sus palabras.

Recuerdo ayer a una viuda

con mucho dolor por

la muerte de su esposo…

Recuerdo a una mujer no viuda

con mucho dolor

porque su esposo se fue

y además ya no la eligió…

Recuerdo cuanto dolor causa

sentir que perdemos a alguien

o algo…y pienso si solo

es cuestión de replantear

una palabra en el diccionario de nuestra vida

para asimilar con menos sufrimiento

y con resiliencia a un principio de verdad,

a un principio que es parte de la vida real.

¿Qué sucedería si sustituimos

la palabra PERDER

tan solo con SEPARAR para encontrar

algo o alguien más…?

Mi mente lo aprueba,

lo asimila con paz,.

mis criterios recalculan

y evalúan.

Y creo que hoy elijo darle

DELETE a la palabra PERDER

Porque en lo profundo de mi ser,

algo me dice que nada se pierde,

que la materia solo se transforma…

que la luz y de las tinieblas solo

se separaron en Génesis 1,

pero NO SE PERDIERON.

Se convirtieron en algo único

y bello, cada uno con

una estrella única y resplandeciente,

la luna para la noche,

el sol para el día…

Entonces,

sonrió mientras miro

el bosque de mi ventana,

le digo GRACIAS DIOS,

por hablarme en unos segundos

en mi intelectual amigo y

soplar a mi mente tu palabra

sabia que fortalece y me crece…

NADA HE PERDIDO

SOLO ME HE SEPARADO

PARA ENCONTRAR…

Ingresa tus datos y te avisaremos cuando nuevo contenido sea publicado



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×