3 de mayo de 2021

3 min de lectura

Por Alma González de Apetito por la vida.

Como humanos estamos equipados con 5 emociones básicas; Felicidad, Tristeza, Enojo, Miedo y Asco. Hay muchos factores que pueden activar cualquiera de estas emociones y alguna de estas emociones son las que pueden despertar a nuestro “monstruo del hambre”.

En mi caso las dos emociones que activan mi monstruo son el enojo y la tristeza. El monstruo lo asocio al impulso de querer correr al refri, casi vaciarlo y seguir sintiendo la “necesidad” de comer para consolarme, reconfortarme, apapacharme, calmarme, etc.

Después de todo eso, lo sorprendente es que el coraje o la tristeza siguen… y el monstruo del hambre también, porque en realidad no es hambre física la que pide el cuerpo saciar, es el hambre emocional la que busca llenar con la comida.

Tapar tus vacíos emocionales con la comida, drogas, trabajo, tele, alcohol, sexo u otra “adicción” va a calmar momentáneamente el dolor, pero va a hacer más profundo y más profundo ese vacío del que quieres escapar.

¿Cómo salir de los vacíos emocionales? Viviéndolos, reconociéndolos, aprovechándolos y amándolos. Si comenzamos a hacer pequeños cambios, tan solo pequeños cambios en nuestra observación a nuestros vacíos, podemos modificar la forma en la que nuestro cuerpo se siente y por lo tanto esto se reflejará en nuestro estado de ánimo y esto a su vez en la manera en la que percibimos las cosas.

¿Qué tal si vemos al monstruo desde otra perspectiva?… ¿Qué tal si lo escuchamos, lo conocemos, lo abrazamos y lo vemos como un mensajero que manda tu cuerpo para decirte algo importante, algo que necesita tu cuerpo, tu mente o tu alma que voltees a ver de alguna manera?

Aquí te dejo 3 tips para aquellos días en los que amanezcas con una emoción que despierte a tu monstruo del hambre y que te ayude a consolarlo, si se te ocurre algún otro, nos encantará que nos lo compartas:

Abraza a tu monstruo del hambre: Negarlo, ignorarlo o aborrecerlo, solo hará que crezca. Identifica cuál es tu emoción, que fue lo que te hizo sentir de una u otra manera, está bien estar enojada, triste, dolida, con miedo, etc.. Acepta tu emoción y acepta que eso es lo que te está llevando a tener esa ansiedad por comer; cuando lo aceptas, le quitas el poder y se hace más pequeño cada vez más y más.
Se paciente y amable contigo: Todos tenemos días malos, no te reproches, ve un día
a la vez, recuerda no necesitas perfección, solo progreso.

Vuelve a empezar: Las veces que sean necesarias, habrá días que sentirás avance porque aún sintiendo esas emociones no correrás al refri y habrá otros días que estarás saciando tu hambre emocional con cualquier antojo que se te ponga en frente. No te recrimines, solo vuelve a empezar.
Créeme que solo con el hecho de haber abierto tu mente a leer esto, o identificar cómo te sientes, o que te lleva a comer, ya avanzaste, ya no estás en el mismo lugar.

Yo te puedo acompañar en este camino a que te descubras, aprendas a amar a tu monstruo del hambre y avances en tu camino personal. 😉🦋❤ Llámame al 998 2423974

Con amor,
Alma González

#UnActoDeAmorAlDía

www.amatucuerpo.com.mx

Youtube: https://bit.ly/2wGFBdT

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