12 de febrero de 2021

2 min de lectura

Por Dey Pimentel.

Esta tarde solo corrí y me aventé
al lago de los deseos sin pensarlo tanto…

Seguí mi instinto de querer mojarme
y al sumergirme y sentir la frescura del agua
en la temperatura de mi cuerpo,
abrí los ojos, y ahí frente a mí,
había UN ESPEJO.

Me quede quieta, para observar en él
la imagen que se reflejaba
y me di cuenta que no sólo era una imagen,
parecían varias al mismo tiempo.

Mantuve la respiración debajo del agua,
y baje mi ritmo cardiaco…
Sin duda enmudecí.

Me pareció muy familiar la primera imagen,
era de una mujer en cunclillas
que me miraba de frente y
sonreía con el brillo en sus ojos,
a la que abrazaban dos pequeñas niñas…

Otra imagen me pareció,
una mujer con un semblante estoico
y detrás de ella sus hermanos,
mamá, y papá de crianza…

Una imagen más apareció,
era una mujer con una sincera
y grande sonrisa que estaba rodeada
de brazos de multitud de personas…

De pronto reconocí a una mujer,
con dinero en mano,
y en la otra, un tornillo de 8grados,
25cm y una pulgada de ancho,
entre cajas de aguacate…
Me sorprendí al verla,
pues entendí en segundos
lo que representaba.
Esa mamá, hermana y amiga,
también era una pequeña empresaria,
capaz, dispuesta y valiente en un negocio
de hombres y una tierra de machos.
Que trabajaba mano a mano,
para cubrir dos terceras partes
de los gastos de casa,
quien al principio de hacerse
cargo en su totalidad del negocio,
a veces sucumbió en llanto
al sentir la enorme presión
de resolver un problema
que representaba
una carga de millón…

A esa mujer no la había reconocido
nunca hasta HOY
La miré a los ojos
y le vi sus lágrimas contenidas
que me decían GRACIAS.
Me abrazo y me susurro:
No te olvides más de mí,
Te necesito consciente
del arduo trabajo que haces
y de lo capaz que puedes ser,
que le des valor y peso
a tu grande aportación,
que veas donde estuviste,
donde estás
y hacia donde vas…

Le prometí que lo haría,
le di un beso en la frente
y de pronto ya estaba en la orilla
del lago de los deseos…
Que extraña sensación tengo,
de reconocerme y afirmarme
dentro de una cadena de producción
tan grande..

Y hoy solo sé,
¡Con DIOS sí pude!
¡Sí puedo!
y ¡Sí Podré !
y tú que me lees, también.

 

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